lunes, 27 de mayo de 2013

«Ficciones», de Jorge Luis Borges

                                           «Ficciones», de Jorge Luis Borges



Se me antoja complicado comentar algo sobre este libro y sobre Borges en general sin miedo a vomitar algo pobre o no todo lo justo que querría y que Borges merece.

El libro se divide en dos: El jardín de senderos que se bifurcan y Artificios.

Si hay algo medianamente claro es que no es una lectura sencilla; a ratos se hace difícil y a ratos muy difícil, según nos pille y según qué lectura se haga de estos relatos, pero seguramente esa dificultad sea tanta como el disfrute que nos produce. En general, estos relatos son un reto para el lector, una prueba y quizá también, de vez en cuando, un quedarse en manos de Borges y ver adónde nos lleva, pero manteniendo buena atención y los sentidos (y algo más, si acaso) alerta, para sentir todos los recovecos del argentino, sus idas y venidas y sus juegos intelectuales. Nos zambullimos en páginas cargadas de un torrente de pensamiento enorme y riquísimo, también en algo de metaliteratura, todo bien armado y resulta muy, muy interesante. El infinito, los abismos de la mente, libros y imaginarios, idealismo e increíble lenguaje (con su correspondiente proyección en el pensamiento) de los habitantes de cierto mundo, la reescritura del Quijote (idéntica, pero distinta, al fin y al cabo), el tiempo, la realidad, la cobardía, la religión, la memoria (qué fantástico resulta Ireneo Funes), asuntos de corte policial, misterios sin desvelar y otros temas del estilo son los que pueblan estas páginas que nos harán pasar ratos memorables.

Me parece que es una obra muy poderosa, imprescindible para el lector curioso y con ganas de pensar un poco.

domingo, 26 de mayo de 2013

«Ciento volando de catorce», de Joaquín Sabina

                             «Ciento volando de catorce», de Joaquín Sabina



Y qué decir de Sabina.

En este compendio de sonetos tenemos a un Sabina vivo, tanto como en sus canciones; sonetos irónicos, sinvergüenzas, cargados de metáforas risueñas y de geniales juegos de palabras, dando de vez en cuando esquinazo a una realidad pobre y estancada; finalmente mejorada con las letras. La certeza con la que dispara en muchos de estos versos hacen a uno asentir, en parte por lo real de la situación, en parte por la forma que este tipo le da a todas ellas.

viernes, 24 de mayo de 2013

«Marina», de Carlos Ruiz Zafón


                                            «Marina», de Carlos Ruiz Zafón



Es una novela juvenil, pero muy recomendable para pasar un buen rato. Es amena y de lectura fluida.

Óscar Drai se ve envuelto en una extravagante historia desarrollada en la Barcelona de 1980 que le hizo desaparecer del mundo durante una semana. A su vez, la unión que se crea entre Óscar y Marina resulta interesante.

Años más tarde, Óscar vuelve a la ciudad para enfrentarse a sus recuerdos y miedos.
Personajes entrañables, queridos y con un algo de misterio que hará que nos bebamos esta novela; un ambiente familiar y acogedor; una escritura ágil y sencilla, sin obstáculos, que rueda a su antojo y nos transporta.

lunes, 20 de mayo de 2013

«Báilame el agua», de Daniel Valdés

                                          «Báilame el agua», de Daniel Valdés




Este librillo no está nada mal. Creo que los objetivos que se propone y la forma de abordarlos son aceptables. Quizá habría echado de menos un trasfondo más ¿trascendental?, pero, muy posiblemente, habría chirriado en el contexto de la historia; así que, tal como está, parece quedar bien. 
Es destacable en la historia el tono lírico, el aire a prosa poética que podemos ver a lo largo de la historia, junto con el lenguaje coloquial, la caracterización de unos individuos que, en Madrid, llevan una vida algo rastrera (seguramente a caballo entre el deseo de cambiar y el gusto porque las cosas sean así), el manejo del amor, de las drogas y su entorno, esos jóvenes pugnando por hacerse un sitio en la vida, en su vida. Seguramente el tono descreído que se deja ver sea uno de los ejes que mejor ayuda a que el relato avance con éxito.
Sin ser una novela que pretenda ir más allá de lo que leemos y se deja adivinar sin mucho esfuerzo, resulta un relato vívido y con sabor a una poesía interesante. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

«Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo», de Albert Espinosa


«Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo», de Albert Espinosa



Hace un par de días comentaba otro libro —que no estuvo mal, dentro de lo que cabe, pues cumplía sus objetivos— de este mismo autor; creo que ahora viene la parte mala: si Espinosa funcionaba decentemente con el estilo de El mundo amarillo, al querer entrar aquí  de lleno —al menos en este caso— a una novela en sí, siento que el asunto se le escapa de las manos.

El protagonista tiene un extraño don con el que puede radiografiar a otras personas y conocer el momento más feliz y, digamos, el más amargo u horrible de su existencia, acompañados de otros que completan algo así como una gradación de sensaciones y recuerdos. El muchacho trabaja para la policía; tenemos a una chica misteriosa de la que Marcos (así se llama el chico) queda prendado, un extraterrestre, situaciones algo inverosímiles...todo eso no estaría mal si tuviesen un nexo más poderoso o, al menos, un armazón mejor armado.

Que la técnica narrativa no es uno de los puntos fuertes de Espinosa creo que es algo que ya vi en el otro libro que comentaba; el problema es que aquí ha querido entrar en un campo que se sale, pienso yo, de su campo de habilidades, a pesar de que introduce algunos pequeños pasajes más suyos, más vitales, donde se siente cómodo, pero que no tienen que ver con la novela en sí, sino que son meramente accidentales. Esos detalles están bien y él sabe darle un aire propio y ameno, por lo que creo que debería explotar eso y no meterse en camisa de once varas, o al menos no de esta forma. Todo queda un poco en el aire sin una base firme que lo sustente.

El desenlace tampoco ayuda a que el resto del libro cobre algún otro sentido y pueda salvarse.
Leeré más de él para ver cómo se mueve en sus otros libros.

Un saludote.

«El túnel», de Ernesto Sábato


                                              «El túnel», de Ernesto Sábato



Ay, esta novela es genial. Es algo así como la crónica de una muerte que desde el comienzo se nos da a conocer, quizá en ese aspecto concreto pueda recordarnos a la línea que sigue García Márquez en su Crónica de una muerte anunciada; pero son obras bastante diferentes.
El narrador, que es a la vez el asesino, abre su relato de forma directa: Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; (...) 
Es ésta una historia de amor, celos y muerte; la crónica de una paranoia, la de Castel, hombre de un pesimismo y de una misantropía manifiestos; el discurso minucioso, lógico y razonable de un tipo obsesivo y enamorado; una historia de un ritmo que va creciendo en intensidad, que va ganando en tensión y jugando con la psicología del protagonista hasta acabar como sabíamos, pues desde la primera línea se nos anuncia el desenlace.

Castel cree ver en María Iribarne a la única persona que comprende su obra. A raíz de ahí nacerá un impulso que llevará al pintor a perseguirla, a querer hacerla hablar, a desentrañar los misterios que la envuelven y a hacerla suya. Al comienzo del romance, la actitud de Juan Pablo parece cambiar, o quizá podríamos decir que realmente cambia, aunque sea en esos primeros episodios, a causa del efecto que en él produce María. Se ve capaz y dispuesto a mirar a su alrededor con otros ojos, con mirada simpática incluso; esto contrastará con su actitud del final de la novela —actitud que sigue un proceso gradual— donde se volverá de una oscuridad latente.

Si en un principio Castel se creía al margen de la sociedad, o de la gente normal —contando con que ya de por sí sea un tipo solitario, escéptico, de alguna forma incomunicado—, acabará cayendo de bruces y topándose con que todo es más normal de lo que querría, y que, probablemente, el mundo no atiende a las razones que su cabeza enarbola de forma casi científica.
Acabará sumido en un océano negro, que, aún así, deja a juicio o imaginación del lector algunas cosas: quedan ciertos misterios en torno a María y sus silencios, también en torno a Allende (marido de María) y su comportamiento y posterior muerte al final de la obra.

Muy recomendable.

lunes, 13 de mayo de 2013

«El mundo amarillo», de Albert Espinosa


                                      «El mundo amarillo», de Albert Espinosa



Este librito está lleno de vida; así lo considero: un conjunto de experiencias vitales  llenas de forma que se nos muestran de manera que desprenden algo: una casi enseñanza o consejo, una anécdota, un mensaje, una meta, una paradoja y hasta algún punto de vista ante el dolor, el sufrimiento o la muerte.
Albert Espinosa reúne descubrimientos de vida, para el día a día y aplicables a diversos momentos, que extrajo durante el tiempo que estuvo enfermo y que va contando de forma propia, muy particular, juguetona y atractiva.

El mundo amarillo es un mundo fantástico que quiero compartir contigo. Es el mundo de los descubrimientos que hice durante los diez años que estuve enfermo de cáncer. Es curioso, pero la fuerza, la vitalidad y los hallazgos que haces cuando estás enfermo sirven también cuando estás bien, en el día a día. Este libro pretende que conozcas y entres en este mundo especial y diferente; pero, sobre todo, que descubras a los «amarillos». Ellos son el nuevo escalafón de la amistad, esas personas que no son ni amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela. No te adelanto más: tendrás que leer este libro para poder empezar a encontrar tus «amarillos». Quizás uno de ellos sea yo... El mundo amarillo habla de lo sencillo que es creer en los sueños para que estos se creen. Y es que el creer y el crear están tan sólo a una letra de distancia. ¿Qué esperas a saber quiénes son tus «amarillos»? 
Albert Espinosa

Sin ser un compendio complejo o ambicioso, se hace de una lectura sencilla y entretenida.

sábado, 11 de mayo de 2013

«El retrato de Dorian Gray», de Oscar Wilde


                                     «El retrato de Dorian Gray», de Oscar Wilde



Esta novela fue una de las que más hondo caló en mí. Es, con seguridad, una obra maestra; una historia donde la forma hace justicia al fondo del relato y el conjunto alcanza una calidad poderosa.
Wilde hace aquí gala de una sensibilidad un tanto oscura, de una técnica absorbente; tiñe la historia de esa decadencia tantas veces dicha.

Encontramos a cada paso imágenes, sensaciones y sentencias filosóficas y vitalistas sobre el amor y el arte y la belleza y la moral y las diversas inclinaciones del hombre; un relativo progreso en Gray incesante, inevitable.

Tres personajes principales articulan la novela: el propio Dorian, Basil Hallward y Lord Henry. Con todo, no hay que perder de vista el interesantísimo personaje de Sibyl Vane, que articulará ciertos cambios en Dorian (déspota, narcisista, arrogante...). Éste, increíblemente retratado por Basil, desea permanecer siempre joven e incorrupto; su deseo se hará realidad y el será el cuadro el que cargue con el peso que deberían recaer sobre él, pudriendo y agujereando su alma, su ser, debido a la vida que tiene Dorian, en gran medida influenciado por Lord Henry.

Los simbolismos y perspectivas de la moral y de las acciones que lleven a cabo no dejarán de ser interesantes; quizá hasta despierten sentimientos encontrados.
Un relato imprescindible.

martes, 7 de mayo de 2013

«El árbol de la ciencia», de Pío Baroja


                                         «El árbol de la ciencia», de Pío Baroja



¡Magnífico!

Andrés Hurtado es un joven estudiante madrileño de medicina que dará vida a una serie de escenas, sucesión rápida de hechos, planteamientos personales, filosóficos, vitales, experiencias que irán dando forma a la novela de forma bien articulada. Al comienzo se nos presenta a su familia, que, en gran medida, se nos puede antojar como impulsora de la actitud de Andrés frente al mundo y de su carácter (tenemos a un muchacho que va creciendo y madurando siguiendo una línea de casi frustración, de angustia ante la existencia, a ratos melancólico y abstraído, y, de forma más clara conforme va avanzando la novela (con un fuerte golpe al final) de una incertidumbre amarga por la visión del futuro).

Tenemos gran cantidad de personajes —aunque podamos destacar como principales, además del propio Andrés, a su tío Iturrioz, a la joven e interesante Lulú, y si acaso a un par de amigos de carrera de Hurtado, Aracil y Montaner—, un manejo atractivo y envidiable de situaciones críticas y descripciones certeras de la sociedad del tiempo.

Uno de los ejes importantes de la historia queda fijado por la filosofía de Andrés y su visión de la vida, donde influirá, sobre todo, el pesimismo de Schopenhauer. Hacia la mitad de la novela encontramos una conversación de tipo filosófico con su tío que dará mayor sentido y viveza a lo escrito hasta entonces y a lo que vendrá después. Esta parte sobresale sensiblemente de las otras seis, pero no deja al relato cojo o falto de algo más.

Al acabar la carrera Andrés se marcha a Alcolea del Campo a trabajar. En ese pueblo chocará frontalmente con casi todo el pueblo y las situaciones no harán sino radicalizar de alguna manera la posición del protagonista. Más tarde volverá a Madrid a por trabajo, aunque lo tendrá algo más difícil y todo irá llevando inevitablemente a un desenlace que, creo, no podía ser otro; ofrece, en mi opinión, un cierre a la novela bien acabado.

sábado, 4 de mayo de 2013

«Queer», de William S. Burroughs


                                             «Queer», de William S. Burroughs



Vengo con esta novela de Burroughs, es lo primero que leo de él y me ha gustado, aunque no digo que no pueda estar mejor.

Si nos centramos en la trama, Lee (homosexual, drogadicto, algo obsesivo), el álter ego de Burroughs, se mueve entre México y Panamá, de suburbio en suburbio y de garito en garito, con gente de todo tipo.

Lee quiere conquistar de alguna manera a Allerton, un tipo casi indiferente, casi impasible, casi impersonal. Casi, creo. Lee parte, junto con él, en busca del yage o ayahuasca, una droga capaz de controlar a otras personas, su cerebro... Alguna forma extraña de telepatía. Esto le servirá para ayudarse en su relación con Allerton y conseguir de él lo que quiere.

Al margen de eso, que, de hecho, no es, de alguna manera, lo fundamental en la novela, tenemos un anhelo de huida, una muestra del propio autor.

El ambiente tiende a hacerse como seco, directo, sin florituras rimbombantes, sencillo y potente. Con todo, es cierto que a veces se me hacía algo tosco; pero no se estanca y sale adelante.

Un saludote.

jueves, 2 de mayo de 2013

«Territorio comanche», de Arturo Pérez-Reverte


                                 «Territorio comanche», de Arturo Pérez-Reverte



Pérez-Reverte mezcla aquí realidad y ficción. Una base real de sus años como reportero de guerra y otra base extraída de su sesera. Es un texto breve, duro, realista, a ratos cruel, a ratos con tintes de humor e ironía.

La trama no es gran cosa, no hay sucesión larga de tiempo; ambos protagonistas, corresponsales de TVE, se hallan cerca del puente Bijelo Polje, esperando que sea detonado por los croatas para frenar a los bosnios. La narración se mantiene con una fluidez decente, con recuerdos que los reporteros van sacando a la luz y observaciones de la situación.

Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos. El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Cuentos de Edgar Allan Poe


                                               Cuentos de Edgar Allan Poe



Encontramos en los cuentos de Poe un desasosiego abrumador, una técnica excelente y bien sentida, un toque macabro al alcance de muy, muy pocos. Las palabras hacen virguerías en manos de este maldito genio y todos y cada uno de estos cuentos atrapan al lector y lo abstraen.

Si tuviera que resaltar algunos (ya más casi por azar o arbitrariedad que por selección en sí, pues ninguno de ellos merece no ser leído) quizá señalo El escarabajo de oro, que, como trabajo detectivesco, me parece formidable y prematuro en relación a la época. El enterramiento prematuro me encantó; quizá sea de los más famosos tanto por el cuento en sí como por otras adaptaciones que de él se han hecho. Berenice me parece una maravilla; violento, peliagudo quizá, siniestro, ¿pero? de una narrativa y de unas imágenes formidables. El hombre de la multitud me parece más un cuento con aroma reflexivo que tétrico, vaya, y es que en Poe no sólo encontramos el terror como eje central. El de Boston influyó, y hablo en general, en Baudelaire; aunque este cuento lo nombra en "El pintor de la vida moderna". El pozo y el péndulo es tan...escabrosamente divertido. No puedo pasar por alto La máscara de la Muerte Roja. A bailar con la muerte, el reloj, el ¿destino? El genial Poe, en definitiva. Silencio es otro relato inspirador y para leer con calma de vez en cuando. Evoca muchas imágenes y sensaciones. ¿Y El gato negro, donde lo macabro se materializa finalmente en la vida?

Dice Baudelaire: Diderot, opara escoger un ejemplo entre cientos, es un autor sanguíneo. Poe es el escritor de los nervios, e incluso de algo más, y el mejor que yo conozco.

Una delicia de relatos todos ellos y lectura imprescindible para cualquiera.