viernes, 5 de septiembre de 2014

«Melancolía», de Marek Bieńczyk




Una imagen, una repetición, un recuerdo que evoca otro algo, una pérdida, un yo que mira al horizonte, un juego de máscaras, de imposturas, un regreso, unas palabras que ya no significan y que cobran un nuevo significado, al fin, una relativa reconstrucción. 
Me topé con él buscando otra cosa y no pude evitar llevármelo. Era muy sugerente. Aún no tengo muy claro si el resultado supera esas expectativas que tenía cuando lo compré, pero es desde luego muy curioso. Bieńczyk viene a relacionar, o, más bien, a explicar la relación que se atribuye entre la melancolía y el hombre de genio mediante una especie de paseo en el que lleva al lector a ver —de refilón, si acaso sólo parcialmente— a personajes como Baudelaire, Kierkegaard o Pessoa, enormes bastiones sobre los que poder erigir ese paseo casual del polaco. La melancolía se presenta como ese estado más o menos común a todos los que la sufren pero que, aun así, adquiere distintos relieves según el caso. Sea como sea, creo que no podría darse una definición definitiva, acabada, sino una suerte de aproximaciones que se apoyen en sucesivos ejemplos, tal como ocurre aquí. Lo siento a veces como una definición tan inacabable que casi podría aplicarse aquello de los aires de familia wittgenstenianos para darles unidad sin deformarlos, sin deformar la melancolía por querer delimitarla en un recinto más o menos reducido.
Aunque sólo fuera por el entresijo de referencias y conexiones que tiene, merecería la pena dedicarle un rato, pero, además, la escritura es ágil y hasta cierto punto concienzuda.

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