sábado, 19 de marzo de 2016

«Conversaciones con Thomas Bernhard», de Kurt Hofmann



   No se puede contar todo; una vida no se puede desplegar sencillamente. Si uno despliega su vida, puede sacudirla como una alfombra totalmente sucia, y usted no se alegraría si se la sacudiera en la cara. Y sería algo así si alguien, quien fuera, le sacudiera su vida en la cara. Le daría un ataque de tos y al rato echaría a correr.


   Si fuera posible hacer con cierto sentido alguna clasificación de los escritores más poderosamente endiablados, más radicales, más extremos, hábiles, firmes, virtuosos, de alguna forma desbordantes, de esos que escriben como si no pudieran hacer otra cosa —escribir o morir, al menos mientras se escribe—, Bernhard la encabezaría con autoridad. 

   Estas conversaciones (o confesiones, hasta donde pueda hablarse así) bien pueden conformar una ventana desde donde intuir, y probablemente sólo intuir, los motivos que forjan y mueven a Bernhard, sus afectos e inclinaciones, sus rechazos. Seguramente estos últimos, los rechazos, formen buena parte de los motivos. Es la negación, la huida, no la pasividad sino la actividad destructora, a su manera. En este sentido este libro puede ser una más de sus obras, o casi. La forma es semejante, quizá menos intensa que la que emerge cuando está inmerso, Bernhard, en una de sus grandes novelas, y el fondo se vuelve más declaradamente hacia él mismo, pero no parece que una cosa pueda desvincularse de la otra, no parece que podamos ver dos cosas, según la convención, sino un todo, un torrente inigualable con el que puede uno esbozar algunos rasgos del genio austríaco, recibir alguna suerte de impresión.

   Todo esto a pesar de que él mismo insista en la fatalidad de tratar de definirlo de cierta manera o en el imperdonable engaño de las traducciones o en la imposibilidad de escribir la verdad o en el irremediable patetismo de la Humanidad. Uno puede intuir, decía, y quizá sólo intuir, a la espera de modificar con la lectura ideas y discursos, cómo es y cómo escribe Bernhard, por qué o por qué no escribe lo que escribe, cuáles son sus condiciones. Cuáles sus límites, si los tiene.


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